La parte positiva de una crisis

Probablemente enfrentamos la mayor crisis de la sociedad moderna con consecuencias en todos los niveles y la responsabilidad social de todos asume ahora especial importancia.

Los efectos del Covid-19 están causando ya un gran impacto económico y solo puede esperarse que se agrave en las próximas semanas con el cierre de gran parte del comercio presencial, bien sea por imposición gubernamental, por falta de demanda o por falta de stocks debido al cierre de algunas cadenas de producción por cuestiones sanitarias, dada la gran concentración de personas necesarias en la mayoría de las empresas de producción industrial.

Por otro lado, siendo el humano un ser social y estando ya en diversos países a ser obligado alterar sus rutinas y privado de diversas formas de la normal interacción con otros, comienza a tornarse perceptible a consecuencias psicológicas en todos los que enfrentan este enemigo invisible.

Es en estos momentos de incertidumbre y ansiedad generalizada que las empresas como parte importante de los pilares de la sociedad, van a ser realmente puestas a prueba y se distinguirán los simples gestores de recursos (financieros y humanos) de los verdaderos líderes.

No podemos ignorar el impacto financiero en las empresas y tener en cuenta que, para algunas la reducción de costos se convierte en la garantía de su sobrevivencia. No obstante, contrariamente a lo ocurrido en las crisis financieras anteriores, estamos ante un escenario sin precedentes y para el cual no tenemos respuestas estudiadas. Por este motivo es necesario un nuevo abordaje que busque respuestas agiles, pero no precipitadas y hacer de la creatividad un arma para superar cada obstáculo.

Algunos buenos ejemplos de creatividad, son algunas empresas de la industria de producción cosmética y de bebidas alcohólicas que alteraron su producción para también producir alcohol en gel, respondiendo a una necesidad del mercado, demostrando al mismo tiempo responsabilidad social y manteniendo sus profesionales en activo.

Como podemos constatar con el ejemplo de China, donde se inició está pandemia y que comienza lentamente a volver a la normalidad, está es una crisis momentánea de la cual vamos a recuperarnos al final de algunos meses (esperemos que pocos).

En el lado más positivo de la balanza encontramos también otras empresas que además de buscar formas de diversificar el negocio, están buscando rentabilizar el tiempo de menor flujo laboral, apostando en el desarrollo de sus colaboradores a través de diversas herramientas y plataformas digitales.

La adopción de medidas alternativas que protejan a los colaboradores es fundamental, no solo para que estos puedan continuar accediendo a los bienes de consumo, minimizando así el impacto en la economía global pero también como forma de mantener la motivación y la confianza en la empresa para que en el periodo de post crisis colaboren con afinco y con entrega para su rápida recuperación.