Identificar Actividades de No Valor Añadido

Las actividades de No Valor Añadido (NVA) son inútiles y nocivas. Por eso, debemos eliminarlas sistemáticamente. En este artículo, el primero de tres, vamos a determinar qué debemos hacer con cada actividad según su valor.

Definir las actividades y su valor

Una actividad es todo aquello que consume recursos. Los recursos consumidos pueden ser tangibles (materiales, tiempo, dinero) e intangibles (ánimo, esfuerzo, ilusión).

Valor es aquello que alguien aprecia. En actividades económicas nos referimos al valor como “lo que alguien está dispuesto a pagar” por tu producto. Ese alguien sería el cliente. Si el Cliente no lo paga, es porque no lo aprecia, no le da valor.

Identificar el valor de las actividades es el primer principio de Lean. Si no sabemos cuál es, no sabremos hacía dónde vamos y podemos acabar en cualquier lugar.

Cómo actuar con cada tipo de Actividad

Una vez hemos identificado el valor de cada actividad, podemos clasificar las actividades como VA (de Valor Añadido), NVA (de No Valor Añadido) y NVAN (de No Valor Añadido, pero Necesaria).  El siguiente paso es decidir qué hacemos con cada una de ellas.

  • Actividad VA. Si una actividad añade valor, debemos optimizarla para que nos entregue más valor y consuma menor cantidad de recursos.
  • Actividad NVA. Si una actividad NO está generando valor, debemos eliminarla.
  • Actividad NVAN. Entre las actividades que generan valor y las que no, encontramos aquellas de Dudoso Valor Añadido. Son las actividades de NO Valor (el cliente no las pagaría), pero que encontramos necesarias para hacer llegar el valor al cliente. Lógicamente tenemos que esforzarnos en reducir estas actividades de NO Valor pero Necesarias.

Actividades de No Valor Añadido

Las actividades de NVA también se denominan pérdidas, desperdicios, waste o muda. Las cuatro palabras, en castellano, inglés y japonés, son habituales y ninguna nos suena cursi. A continuación, os detallo las siete pérdidas clásicas, según mi propia clasificación y descripción muy simplificada, pero fácil de recordar:

Actividades de Movimiento sin Sentido

  1. Transporte. Desplazamientos innecesarios entre procesos.
  2. Movimiento. Desplazamientos innecesarios dentro de los procesos.
  3. Espera. Máquinas o personas esperando.

Actividades de Producción Sin Sentido

  1. Sobreproducción. Producir mayor cantidad o más rápido de lo requerido por el cliente.
  2. Inventario. Tener más stock del mínimo necesario (para control preciso de sistema pull).

Actividades de Producción Sin Calidad

  1. Correcciones. Defectos, inspecciones, desechos, retrabajos.
  2. Sobreprocesamiento. Realizar trabajos innecesarios o procesar incorrectamente utilizando más recursos de los necesarios.

Estas son las siete pérdidas clásicas. Pero me gustaría añadir otras dos pérdidas que no consigo colocar entre las clásicas y que emanan de los principios de Lean:

Actividades de Personas Sin Potenciar

  1. Falta de Exigencia. No potenciar plenamente las capacidades de las personas.
  2. Falta de Capacitación. No hacer las cosas de modo que las personas sean cada día más capaces.

Las siete pérdidas clásicas se fijan en el resultado, focalizado en el objeto, centrados en el presente. Las dos “extras” se fijan en el camino que se recorre, convirtiendo a las personas en los protagonistas y artífices de la mejora continua.

Todas ellas repercuten en el coste y, por tanto, en la rentabilidad. En el artículo siguiente, el dos, trataremos su eliminación. En el tres discutiremos cuál de ellas es la más trascendental y, por consiguiente, en cuál recomiendo centrarse.

Mientras tanto, desde Capazita, os animamos a que reflexionéis sobre qué actividades realizáis en vuestra empresa y las clasifiquéis según su valor.